Líderes mundiales y sobrevivientes se dieron cita en Jerusalén para rendir un homenaje a la memoria de los 1.1 millones de personas, en su mayoría judíos, que murieron a manos de los nazis en el campo de concentración de Auschwitz, durante la Segunda Guerra Mundial. La conmemoración coincide con un ascenso del antisemitismo en todo el mundo.
Sin la presencia de Polonia, uno de los protagonistas del Holocausto, arrancó el lV Foro Mundial del Holocausto en Jerusalén. Vestidos de negro, los representantes de las principales potencias que participaron en la Segunda Guerra Mundial, llegaron hasta Yad Vashem. El príncipe Carlos de Inglaterra, el presidente francés Emmanuel Macron, su homólogo ruso, Vladimir Putin, el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, y el presidente de Argentina, Alberto Fernández, se contaban entre los asistentes.
El presidente de Israel, Reuven Rivlin, fue el encargado del discurso de apertura foro. Después el relevo lo hizo el primer ministro, Benjamin Nentanyahu, que no perdió ocasión para lanzar dardos envenenados contra un rival de antaño, al llamar a Irán “el régimen más antisemita del planeta”.
“Me preocupa que aún no hayamos visto una postura unificada y decidida contra el régimen más antisemita del planeta. Un régimen que busca abiertamente desarrollar armas nucleares y aniquilar al único estado judío”, dijo Netanyahu a los líderes mundiales reunidos. “Israel saluda al presidente Trump y al vicepresidente Pence por confrontar a los tiranos de Teherán”, dijo.
Después, Putin hizo su intervención y con ocasión de la conmemoración, propuso sostener una reunión entre los líderes de Rusia, China, Estados Unidos, Francia y Reino Unido en 2020 para discutir los desafíos globles. Luego, el turno fue para Pence, que recogiendo las palabras de Netanyahu, dijo que “el mundo debe mantenerse firme” frente a Irán.
Las cámaras enfocaron primero el discurso que ofreció Benjamin Netanyahu dentro de la institución oficial israelí constituida en memoria de las víctimas del Holocausto. Después vinieron las fotos oficiales, entre Netanyahu y Vladimir Putin, el presidente de Rusia, potencia que jugó un papel fundamental para detener la maquinaria nazi durante la guerra.
Pero al margen de la ceremonia, reunido con su homólogo israelí, Reuven Rivlin, Putin se refirió a la xenofobia y el antisemitismo, que están en ascenso en Europa y Estados Unidos. “Acabas de decir que no se sabe dónde termina el antisemitismo”, dijo Putin a Rivlin, refiriéndose a los comentarios que hizo el presidente israelí en su reunión. “Desafortunadamente sabemos esto, termina con Auschwitz”.
El presidente francés, Emmanuel Macron, dijo durante el Foro que el Holocausto no puede ser usado para “justificar” la división o el “odio”. Macron dijo también en la previa de la ceremonia, que Francia está decidida a combatir el odio y la intolerancia que han provocado un fuerte aumento del antisemitismo en su país, tras conocerse en una reciente encuesta que uno de cada tres judíos franceses se siente amenazado. “El antisemitismo ha vuelto. Está aquí y su cortejo de intolerancia y odio está aquí. Francia no lo aceptará”. “Respondí al llamado de venir a Yad Vashem para decir que esto nunca volverá a suceder. Es una batalla que nunca se gana”, aseguró el presidente.
Pero al margen de la diplomacia y los protocolos, de fondo, la conmemoración número 75 de la liberación de Auschwitz, constituye uno de los episodios más gloriosos y a la vez, oscuros de la historia. Anatoly Shapiro, oficial al mando de las fuerzas soviéticas que entraron por primera vez al campo de concentración nazi de Auschwitz Birkenau en Polonia, lo recordó bien años después de ese día: “si tengo algún mensaje para la siguiente generación sería muy simple: no permitir ni por un segundo que lo que ocurrió durante estos años se repita de nuevo”.
Con Reuters
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