Las cartas póstumas que se exhiben en esta exposición online fueron enviadas desde Bielorrusia, Francia, Alemania, los Países Bajos, Polonia y Ucrania, y fueron escritas en una variedad de idiomas: holandés, francés, alemán, hebreo, ídish y polaco. Cada carta y cada postal revela el último fragmento restante –físico, personal y único- de las víctimas: su caligrafía. Familiares de los judíos asesinados donaron estas últimas cartas a Yad Vashem a perpetuidad, junto con fotografías de sus seres queridos.
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