Edificado en las cercanías de la Puerta de Brandenburgo entre los años 2003 y 2005, el monumento en memoria de los judíos asesinados en Europa pretende enfrentarse a la noción de monumento en sí misma. La traducción literal del nombre alemán es “Monumento memorial a los judíos asesinados en Europa”.
Se trata de una cuadrícula formada por 2.711 bloques de hormigón de diferentes alturas, que permite que los visitantes elijan su camino de entrada y salida.
Desde el sureste del monumento, se puede acceder a un espacio subterráneo en el que se ubica el centro de información.
Centro de información
La visita al centro de información, comienza con un repaso a la política nacionalsocialista de exterminio llevada a cabo entre 1933 y 1945.
En la siguiente parte de la exposición, se pueden leer los testimonios de algunas personas además de la historia de diferentes familias antes, durante y después de la persecución.
Una de las salas más impactantes, es la que muestra sus paredes cubiertas con los nombres y años de nacimiento y muerte de las víctimas del holocausto.
La lectura de los nombres y biografías de la forma en la que se presentan, podría durar más de 6 años.
Diferente para cada persona
El Monumento al Holocausto provoca una gran diversidad de opiniones entre sus visitantes. Para algunos, es una experiencia impresionante recorrer los pasillos rodeado por losas más altas cada vez y, para otros, se trata de un lugar bastante feo que ver.
Sea cual sea el resultado de la visita, lo que está claro es que el monumento es una parada obligatoria para todos los turistas que, sin hacer caso de lo que les cuenten, deben crearse su propia opinión.
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