Cuando eran niños, fueron deportados de Polonia por los nazis y forzados a la germanización. La orden procedía de Heinrich Himmler. Hermann Lüdeking, Jozef Sowa y Alodia Witaszek nunca se han conocido, pero comparten el mismo destino.
“Dedicada a todos los que siguen queriendo ser diferentes y luchan contra aquellos que desean que seamos iguales.” ― Albert Espinosa